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VISPERAS SUMO Y ETERNO SACERDOTE

Pange, lingua, gloriosi
Córporis mystérium
Sanguinísque pretiósi,
Quem in mundi prétium
Fructus ventris generósi
Rex effúdit géntium.

V/. Alabado sea el santísimo Sacramento del Altar

R/. Sea por siempre bendito y alabado

Padrenuestro, Ave Maria y Gloria.

 

Himno

A ti, sumo y eterno Sacerdote

de la nueva alianza,

se ofrecen nuestros votos y se elevan

los corazones en acción de gracias.

 

Desde el seno del Padre, descendiste

al de la Virgen Madre;

te haces pobre, y así nos enriqueces;

tu obediencia, de esclavos libres hace.

 

Tú eres el Ungido, Jesucristo,

el Sacerdote único;

tiene su fin en ti la ley antigua,

por ti la ley de gracia viene al mundo.

 

Al derramar tu sangre por nosotros,

tu amor complace al Padre;

siendo la hostia de tu sacrificio,

hijos de Dios y hermanos tú nos haces.

 

Para alcanzar la salvación eterna,

día a día se ofrece

tu sacrificio, mientras, junto al Padre,

sin cesar por nosotros intercedes.

 

A ti, Cristo pontífice, la gloria

por los siglos de los siglos;

tú que vives y reinas y te ofreces

al Padre en el amor del Santo Espíritu. Amén.

 

SALMODIA                                              
Ant 1. El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno».

Oráculo del Señor a mi Señor:

«Siéntate a mi derecha,

y haré de tus enemigos

estrado de tus pies».

Desde Sión extenderá el Señor

el poder de tu cetro:

somete en la batalla a tus enemigos.

 

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,

entre esplendores sagrados;

yo mismo te engendré, como rocío,

antes de la aurora».

 

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:

«Tú eres sacerdote eterno,

según el rito de Melquisedec».

El Señor a tu derecha, el día de su ira,

quebrantará a los reyes.

En su camino beberá del torrente,

por eso, levantará la cabeza.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

 

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno».

 

Ant 2. Dios, rico en misericordia, nos ha hecho vivir con Cristo.

 

Doy gracias al Señor de todo corazón,

en compañía de los rectos, en la asamblea.

Grandes son las obras del Señor,

dignas de estudio para los que las aman.

 

Esplendor y belleza son su obra,

su generosidad dura por siempre;

ha hecho maravillas memorables,

el Señor es piadoso y clemente.

 

Él da alimento a sus fieles,

recordando siempre su alianza;

mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,

dándoles la heredad de los gentiles.

 

Justicia y verdad son las obras de sus manos,

todos sus preceptos merecen confianza:

son estables para siempre jamás,

se han de cumplir con verdad y rectitud.

 

Envió la redención a su pueblo,

ratificó para siempre su alianza,

su nombre es sagrado y temible.

 

Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,

tienen buen juicio los que lo practican;

la alabanza del Señor dura por siempre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

 

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Dios, rico en misericordia, nos ha hecho vivir con Cristo.

 

Ant 3. Cristo es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura.

 

Damos gracias a Dios Padre,

que nos ha hecho capaces de compartir

la herencia del pueblo santo en la luz.

 

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,

y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,

por cuya sangre hemos recibido la redención,

el perdón de los pecados.

 

Él es imagen de Dios invisible,

primogénito de toda criatura;

porque por medio de Él

fueron creadas todas las cosas:

celestes y terrestres, visibles e invisibles,

Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;

todo fue creado por Él y para Él.

 

 

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en Él.

Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.

Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,

y así es el primero en todo.

 

Porque en Él quiso Dios que residiera toda la plenitud.

Y por Él quiso reconciliar consigo todos los seres:

los del cielo y los de la tierra,

haciendo la paz por la sangre de su cruz.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

 

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Cristo es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura.

 

 

LECTURA BREVE   

Hermanos, teniendo entrada libre al santuario, en virtud de la sangre de Jesús, contando con el camino nuevo y vivo que él ha inaugurado para nosotros a través de la cortina, o sea, de su carne, y teniendo un gran sacerdote al frente de la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero y llenos de fe, con el corazón purificado de mala conciencia y con el cuerpo lavado en el agua pura. Mantengámonos firmes en la esperanza que profesamos, porque es fiel quien hizo la promesa.

RESPONSORIO BREVE
V./ Estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo.

R./ Estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo.

 

V./ Y nos gloriamos apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios.

R./ Por medio de nuestro Señor Jesucristo.

 

V./ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R./ Estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo.

CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Padre, te ruego por ellos, que son tuyos, y por ellos me consagro yo, para que también ellos se consagren en la verdad.

 

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

 

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

 

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

 

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Padre, te ruego por ellos, que son tuyos, y por ellos me consagro yo, para que también ellos se consagren en la verdad.

PRECES
Dirijámonos confiadamente a Cristo, nuestro sumo y eterno sacerdote, y presentémosle nuestros deseos y peticiones, diciendo con humildad:

 

R./ Escúchanos, Señor, te suplicamos con fe.

 

  1. Cristo, tú que eres la Palabra del Padre, pon en nuestros labios lo que hemos de pedir. Oremos.

 

  1. Cristo sacerdote, tú que eres el pan de la vida, haz que los que tú has elegido vivan el don de su sacerdocio, consumando en ti su propia oblación. Oremos.

 

  1. Cristo glorioso, que vives siempre para interceder ante el Padre a favor nuestro, haz que seamos fieles en la oración por tu Iglesia. Oremos.

 

  1. Cristo Señor, que fuiste enviado por el Padre, haz que todos encuentren en ti la vida y el camino del reino. Oremos.

 

  1. Cristo, Hijo de Dios vivo, que con tu muerte venciste a la muerte, haz que la oblación final de nuestros difuntos los lleve al gozo eterno de la gloria. Oremos.

 

Padre nuestro

 

ORACION

Oh Dios, que para gloria tuya y salvación del género humano constituiste a tu Hijo único sumo y eterno sacerdote, concede a quienes él eligió para ministros y dispensadores de sus misterios la gracia de ser fieles en el cumplimiento del ministerio recibido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

 

 

Tantum ergo Sacraméntum,
Venerémur cérnui:
Et antíquum documentum
Novo cedat rítui;
Præstet fides suppleméntum
Sénsuum deféctui.

Genitori Genitóque,
Laus et iubilátio;
Salus, honor, virtus quoque,
Sit et benedíctio;
Procedénti ab utróque
Compar sit laudátio.

Amen.

 

 

 

Ant. ¡Oh Sagrado banquete, en que Cristo se nos da como alimento, se celebra el memorial de su pasión, el alma se llena de gracia y se nos da la prenda de la gloria futura!

 

V./ Nos has dado, Señor, el pan del cielo.

R./ Que contiene en sí todo deleite.

 

Oremos.
Oh Dios, que redimiste a todos los hombres con el misterio pascual de Cristo; conserva en nosotros la obra de tu misericordia, para que, venerando constantemente el misterio de nuestra salvación merezcamos conseguir sus frutos. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

ORACIÓN VOCACIONAL

Oremos.

Señor, Padre santo, Tú que invitas a todos los fieles a alcanzar la caridad perfecta, pero no dejas de llamar a muchos para que sigan más de cerca las huellas de tu Hijo, concede a los que tú quieras elegir con una vocación a la vida religiosa mercedaria llegar a ser, por su vida, signo y testimonio de tu reino ante la Iglesia y ante el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

ALABANZAS AL SANTISIMO SACRAMENTO

Bendito sea Dios.

Bendito sea su santo Nombre.

Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.

Bendito sea el Nombre de Jesús.

Bendito sea su Sacratísimo Corazón.

Bendita sea su Preciosísima Sangre.

Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.

Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.

Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.

Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.

Bendita sea su gloriosa Asunción.

Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.

Bendito sea San José, su castísimo esposo.

Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

 

OREMOS

Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tu Pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

 

R./Amén.

 

Cantemos al amor de los amores,

cantemos al Señor,

Dios está aquí, venid adoradores adoremos

a Cristo Redentor.

Gloria a Cristo Jesús,

cielos y tierra bendecid al Señor;

honor y gloria a Ti,

Rey de la gloria, amor por siempre a Ti,

Dios del amor.

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