San Pedro Nolasco

Orden de la Merced

Origen de la Orden

La Orden de S. Maria de la Merced nace por la pasión de un joven que se deja tocar por la gracia divina: Pedro Nolasco. Es 1218 cuando comienza esta aventura de libertad que toca puntas de heroísmo con sus 1500 mártires religiosos, con los miles de esclavos redimidos, con las diferentes obras de liberación. ➤

Ntra. Sra. de la Merced

El 24 de agosto de 1218 la Virgen María se apareció a Pedro Nolasco, fundador de la Orden de la Merced.

Hispanoamericana de la Merced

Parroquia perteneciente a la Orden de la Merced (Provincia de Castilla), en la Archidiócesis de Madrid.

➤ Somos una Orden religiosa profundamente insertada en la vida de la Iglesia que opera sobre todo donde es necesario llevar la liberación redentora del Evangelio, donde el hombre es explotado y oprimido, donde su fe y su dignidad de persona están en peligro. Nuestra Orden está compuesta por sacerdotes y hermanos cooperadores que viven la misma vida religiosa. Después de casi ocho siglos de historia, el viento del Espíritu sigue soplando sobre las velas del barco mercedario para llevarlo a nuevas travesías y nuevos horizontes de liberación.
El fenómeno de la esclavitud como consecuencia de las invasiones e incursiones de los seguidores de Mahoma en las tierras cristianas de Europa (España y poblaciones costeras de la cuenca mediterránea) fue un fenómeno complejo y constituyó un problema preocupante no solo por la pérdida de la libertad sino sobre todo por el peligro de perder la fe, a la que los esclavos estaban expuestos.
Pedro Nolasco fue uno de los que se tomaron seriamente en serio la solución.
Nacido alrededor de 1180 en Mas Saintes Puellas (Tolosa, Francia), Pedro Nolasco con su familia se estableció desde pequeño en Barcelona (España) donde, siguiendo los pasos de su padre, se convirtió en comerciante. La tradición lo llama “excelente mercader”.
Efectivamente, desde la mayoría de edad se manifestó en él la futura misión carismática que tendría dentro de la Iglesia y la sociedad.

Se unió a algunos compañeros, participantes de sus ansiedades por los esclavos, y con ellos se dedicó a la redención de esos hermanos oprimidos. En los primeros veinte años de vida, Pedro Nolasco demostró ser un joven valiente, decididamente orientado a la liberación de los cristianos esclavos cuya fe estaba en peligro.
Su profesión de comerciante fue de gran utilidad para su grupo de redentores, en esta etapa temprana, ya que a los que ejercían esta profesión, como personas conocidas, se les permitía un fácil acceso a los países musulmanes. Este grupo de compañeros de Pedro Nolasco estaba formado, como dice el Rey Santiago II en una carta al Papa Bonifacio VIII en 1301, por laicos que “tenían gran devoción a Jesucristo que nos redimió con su sangre”. 

El joven Pedro Nolasco y sus compañeros ejercieron el arte de comerciante no para enriquecerse comprando bienes sino haciéndose pobres para dar libertad a seres humanos necesitados.

Espíriu y Misión

Los mercedarios tenemos como maestro y modelo a Cristo Redentor que con su muerte nos ha liberado de la esclavitud y estamos dispustos a seguirlo sacrificando hasta la propia vida en el ejercicio del ministerio redentor.

Por su intervención en el principio y vida de la Orden que lleva su nombre, los mercedarios llamamos a María MADRE DE LA MERCED y la veneramos como inspiradora de su obra de redención. Ella es la madre de los cautivos a los que protege como hermanos queridos de su Hijo, y es igualmente madre de los redentores al ofrecer libertad a los cautivos…Por su entrega en favor de los cautivos y su vida de servicio a la Orden que ha fundado, san Pedro Nolasco es para nostros el signo más cercano del amor redentor de Jesús y el realizador más perfecto de la obra liberadora de María. Por eso procuramos imitar su vida, continuamos su acción dentro de la Iglesia y lo veneramos como Padre (COM, 6, 7 y 8).

El espíritu mercedario supone fundamentalmente el descubrimiento de Cristo que continúa padeciendo en los cristianos oprimidos y cautivos, expuestos a perder su fe… y ponemos nuestro compromiso de caridad, poniendo nuestra vida al servicio de estos hermanos para que vivan la libertad de los hijos de Dios. (COM, 9)

Para cumplir esta misión nos consagarmos a Dios, con un voto particular, prometemos dar la vida como Cristo la dió por nosotros, si fuese necesario, para salvar a los cristianos que se encuentran en extremo peligro de perder su fe, en las nuevas formas de cautividad (COM, 14). Estas nuevas formas de cautividad constituyen el campo propio de la misión mercedaria, y se dan en una situación social con las siguientes características:

  • es opresora y degradante de la persona humana
  • nace de principios y sistemas opuestos al evangelio;
  • pone en peligro la fe de los cristianos; y
  • ofrece la posibilidad de ayudar, visitar y redimir a la personas que se encuentran dentro de ella. (COM, 16)

A lo largo de la historia, nuestra Orden de acuerdo con las necesidades de la Iglesia y el mundo ha adoptado diversos ministerios caritativos y apostólicos. Actualmente continua con esos ministerios y los organiza de acuerdo a las necesidades de las iglesias particulares donde realizamos nuestro apostolado.

El ejercicio de esta caridad sin límites ha impulsado a más de un religioso mercedario a vivir la propuesta programática del Evangelio:

“tuve hambre y me dieron de comer” (Mt. 25,35)

Se ha procurado vivir el carisma en el mundo de la pobreza y la marginación, ocupándonos de aquello que el mundo descuida, se han creado lugares en los que el pobre comparte su pan (comedores, casas para huerfanos, asistencia médica), a la par han surgido proyectos de evangelización que ayudan en la promoción humana y en una vida digna.

“estuve en la carcél y fueron a verme” (Mt. 25,36)

La atención a los recluidos en cárceles , es una actividad que se ha traducido en el auxilio sacramental, espiritual, además también en el cuidado para que los reclusos reciban un justo proceso. Los mercedarios estamos presentes como capellanes en muchos centros penitenciarios, en América y Europa.

“era forastero y me han hospedado” (Mt. 25,35)

La migración se ha convertido, en un desarraigo profundo del individuo y en la perdida no sólo de sus valores humanos, sino también religiosos, y frente a esta situación dolorosa de nuestros hermanos se ha creado un proyecto de acogida a los refugiados, en el que se respeta su identidad cultural, religiosa, y se le procura un espacio y los medios para ubicar su vida en el nuevo contexto social, cultural, del lugar al que han llegado.

Otro campo en el desarrollo del carisma es la educación, pues somos conscientes que a través de ella podemos introducir en el horizonte educativo la oportunidad de educar en la libertad y para la libertad. En este campo pastoral se posibilita un servicio a los marginados de una educación digna del ser humano y además con esto se nos permite la formación de cristianos comprometidos con el Evangelio, con la Iglesia y con la Obra Redentora.

Las parroquias son también otro ámbito en el, que como mercedarios, realizamos la nueva evangelización y buscamos responder con eficacia a las opresiones que surgen en la sociedad; nos pone en contacto con el multifacético mundo de la marginación y de la nuevas situaciones de cautividad, además la parroquia brinda a los laicos la oportunidad de vivir la vocación mercedaria en su propia dimensión.

Llamados desde nuestra consagración bautismal al anuncio del Evangelio, para nosotros anunciar a Jesucristo es anunciar al Redentor: Verdad y Vida. La misión ad gentes es una preocupación emergente de nuestra Orden, y nuestras provincias, vicarías y delegaciones ponen en práctica este servicio en regiones deprimidas. En ellas se ejercita, con actividades concretas una faceta de nuestro carisma redentor.

El espíritu de la Merced está informando un conjunto de Institutos religiosos y asociaciones de laicos que han ido surgiendo a través de los tiempos. Apelan al mismo fundador originario, san Pedro Nolasco, se sienten unidos por un mismo amor a la Virgen María, en su advocación de la Merced, cultivan un mismo espíritu y forman la Familia Mercedaria (COM, 12).

Orden de la Merced

Presencia Mercedaria

Presencia mercedaria en el mundo esta compuesta por: Orden de la Merced – Mercedarios, Mercedarios Descalzos, Monjas de la Orden de la Merced, Monjas Contemplativas de la Orden de la Merced, Monjas Mercedarias Descalzas, Religiosas de la Orden de Ntra. Sra. De la Merced, Hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento, Mercedarias Misioneras de Barcelona, Hermanas Mercedarias de la Caridad, Suore di Nostra Signora della Mercede, Mercedarias Misioneras de Berriz, Congregacao das Irmas Mercedárias Missionarias, Esclavas Mercedarias del Santísimo Sacramento, Hermanas Mercedarias del Niño Jesús, Sisters of Mercy.

Nuestra Orden está estructurada en  provincias, vicarías y delegaciones. Presentes en 4 continentes – 22 países – 152 comunidades / colegios – 800 frailes – estudiantes de votos solemnes. 

  • En Europa dos provincias en España (Aragón y Castilla) y una en Italia (Provincia Romana)
  • En América seis provincias (Perú, Chile, Argentina, Ecuador, México y Brasil).
  • Las vicarías están en Puerto Rico, Venezuela, Centroamérica,  y Estados Unidos.
  • Las delegaciones están en Mozambique, Camerún, Angola, Bolivia, Colombia, Honduras, Usa (Prov. México), India.

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