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VISPERAS DE LA MEMORIA DE SAN SERAPIO O. de M., MÁRTIR.

Pange, lingua, gloriosi
Córporis mystérium
Sanguinísque pretiósi,
Quem in mundi prétium
Fructus ventris generósi
Rex effúdit géntium.

V/. Alabado sea el santísimo Sacramento del Altar

R/. Sea por siempre bendito y alabado

Padrenuestro, Ave Maria y Gloria.

 

 

Himno

Dios de bondad y Padre de los hombres,

felicidad eterna de tus santos,

oye benigno la oración ferviente

en la fiesta del mártir, nuestro hermano.

 

Él afrontó con ánimo la prueba,

amó la cruz, que encierra claridades;

del Redentor unido al sacrificio

derramó, redentor, su noble sangre.

 

Nuevos esclavos gimen oprimidos

-el alma sometida a cautiverio-;

condúcenos a Cristo, y haz que siempre

nos guíe a redimir su amor supremo.

 

¡Honor y gloria a ti, Padre celeste;

gloria a ti, Señor nuestro Jesucristo,

nacido de una Virgen sin mancilla;

gloria eterna al Espíritu divino! Amén.

 

 

SALMODIA                                              
Ant 1. Tú eres, Señor, mi bienhechor, y mi refugio donde me pongo a salvo.

 

Bendito el Señor, mi Roca,

que adiestra mis manos para el combate,

mis dedos para la pelea;

 

mi bienhechor, mi alcázar,

baluarte donde me pongo a salvo,

mi escudo y mi refugio,

que me somete los pueblos.

 

Señor, ¿Qué es el hombre para que te fijes en él?

¿Qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?

El hombre es igual que un soplo;

sus días, como una sombra que pasa.

 

Señor, inclina tu cielo y desciende,

toca los montes, y echarán humo,

fulmina el rayo y dispérsalos,

dispara tus saetas y desbarátalos.

 

Extiende la mano desde arriba:

defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas,

de la mano de los extranjeros,

cuya boca dice falsedades,

cuya diestra jura en falso.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

 

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Tú eres, Señor, mi bienhechor, y mi refugio donde me pongo a salvo.

 

Ant 2. Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor.

 

Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,

tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:

para ti que das la victoria a los reyes,

y salvas a David, tu siervo.

 

Defiéndeme de la espada cruel,

sálvame de las manos de extranjeros,

cuya boca dice falsedades,

cuya diestra jura en falso.

Sean nuestros hijos un plantío,

crecidos desde su adolescencia;

nuestras hijas sean columnas talladas,

estructura de un templo.

 

Que nuestros silos estén repletos

de frutos de toda especie;

que nuestros rebaños a millares

se multipliquen en las praderas,

y nuestros bueyes vengan cargados,

que no haya brechas ni aberturas,

ni alarma en nuestras plazas.

Dichoso el pueblo que esto tiene,

dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

 

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor.

 

Ant 3. Ahora se estableció la salud y el reinado de nuestro Dios.

 

Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,

el que eres y el que eras,

porque has asumido el gran poder

y comenzaste a reinar.

 

Se encolerizaron las naciones,

llegó tu cólera,

y el tiempo de que sean juzgados los muertos,

y de dar el galardón a tus siervos los profetas,

y a los santos y a los que temen tu nombre,

y a los pequeños y a los grandes,

y de arruinar a los que arruinaron la tierra.

 

Ahora se estableció la salud y el poderío,

y el reinado de nuestro Dios,

y la potestad de su Cristo;

porque fue precipitado

el acusador de nuestros hermanos,

el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

 

Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero

y por la palabra del testimonio que dieron,

y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.

Por esto, estad alegres, cielos,

y los que moráis en sus tiendas.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

 

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Ahora se estableció la salud y el reinado de nuestro Dios.

 

 

LECTURA BREVE   

El que siembra en su carne, de la carne cosechará corrupción; el que siembra en el espíritu, del espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos de obrar el bien; que a su tiempo no vendrá la cosecha si no desfallecemos. Así que, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos. En cuanto a mí ¡Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la cual el mundo quedó crucificado para mí y yo para el mundo!

RESPONSORIO BREVE
V./ Deseo ser liberado de mi cuerpo, para estar con Cristo.

R./ Deseo ser liberado de mi cuerpo, para estar con Cristo.

 

V./ Pues para mí la vida es Cristo y una ganancia el morir.

R./ Para estar con Cristo.

 

V./ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R./ Deseo ser liberado de mi cuerpo, para estar con Cristo.

 

CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Dichosos vosotros cuando os insulten, y os persigan, y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.

 

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

 

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

 

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

 

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Dichosos vosotros cuando os insulten, y os persigan, y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.

 

PRECES
Celebremos la gloria de Cristo, que hizo de su mártir, hermano nuestro, un modelo de celo por la fe y un testimonio de la vida consagrada; digámosle:

R./ Nos has redimido, Señor, con tu sangre.

 

  1. Por intercesión de tu siervo, que, en defensa de la fe de los cautivos, entregó libremente su vida, enséñanos, Señor, a dar testimonio de ti en la humildad y el anonimato. Oremos.

 

  1. Señor, tú que hiciste del sacrificio y de la cruz el camino necesario para llegar a la vida nueva conquistada por ti, haznos comprender el sentido que tienen en nuestra redención interior y en la resurrección de los demás. Oremos.

 

  1. Tú que llamas a diversos estados, y guiaste a tu siervo Serapio a la vida de los consejos evangélicos, a los hermanos y hermanas de nuestra fraternidad, concédeles vivirlos en alegría y desprendimiento. Oremos.

 

  1. Divino Maestro, tú que nos has enseñado que el amor se demuestra con obras y con la donación de sí mismo, ayúdanos a vivir ese amor en los grandes y pequeños acontecimientos de nuestra vida. Oremos.

 

  1. Salvador del mundo, perdona sus culpas a los pecadores y admite a los difuntos en tu Reino, para que puedan contemplar tu rostro. Oremos.

 

Padre nuestro

 

ORACION

Oh Dios, fuerza y esperanza de los oprimidos que otorgaste a san Serapio la gracia de morir mártir en la cruz, para liberar a los cristianos cautivos; concédenos vivir abrazados a la cruz de tu Hijo y servir con activa solicitud a nuestros hermanos necesitados. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

 

 

Tantum ergo Sacraméntum,
Venerémur cérnui:
Et antíquum documentum
Novo cedat rítui;
Præstet fides suppleméntum
Sénsuum deféctui.

Genitori Genitóque,
Laus et iubilátio;
Salus, honor, virtus quoque,
Sit et benedíctio;
Procedénti ab utróque
Compar sit laudátio.

Amen.

 

 

Ant. ¡Oh Sagrado banquete, en que Cristo se nos da como alimento, se celebra el memorial de su pasión, el alma se llena de gracia y se nos da la prenda de la gloria futura!

V./ Nos has dado, Señor, el pan del cielo.

R./ Que contiene en sí todo deleite.

 

Oremos.
Oh Dios, que redimiste a todos los hombres con el misterio pascual de Cristo; conserva en nosotros la obra de tu misericordia, para que, venerando constantemente el misterio de nuestra salvación merezcamos conseguir sus frutos. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

ORACIÓN VOCACIONAL

Oremos

Señor, Padre santo, Tú que invitas a todos los fieles a alcanzar la caridad perfecta, pero no dejas de llamar a muchos para que sigan más de cerca las huellas de tu Hijo, concede a los que tú quieras elegir con una vocación a la vida religiosa mercedaria llegar a ser, por su vida, signo y testimonio de tu reino ante la Iglesia y ante el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R./Amén.

 

ALABANZAS AL SANTISIMO SACRAMENTO

Bendito sea Dios.

Bendito sea su santo Nombre.

Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.

Bendito sea el Nombre de Jesús.

Bendito sea su Sacratísimo Corazón.

Bendita sea su Preciosísima Sangre.

Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.

Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.

Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.

Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.

Bendita sea su gloriosa Asunción.

Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.

Bendito sea San José, su castísimo esposo.

Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

 

 

Oremos

Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tu Pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

R./Amén.

 

 

Cantemos al amor de los amores,

cantemos al Señor,

Dios está aquí, venid adoradores adoremos

a Cristo Redentor.

Gloria a Cristo Jesús,

cielos y tierra bendecid al Señor;

honor y gloria a Ti,

Rey de la gloria, amor por siempre a Ti,

Dios del amor.

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