Exposición

VISPERAS DE SANTO TOMÁS (F)

Pange, lingua, gloriosi
Córporis mystérium
Sanguinísque pretiósi,
Quem in mundi prétium
Fructus ventris generósi
Rex effúdit géntium.

V/. Alabado sea el santísimo Sacramento del Altar

R/. Sea por siempre bendito y alabado

Padrenuestro, Ave María y Gloria.

 

 

Himno

 

Bendito son los pies de los que llegan

para anunciar la paz que el mundo espera,

apóstoles de Dios que Cristo envía,

voceros de su voz, grito del Verbo.

 

De pie en la encrucijada del camino

del hombre peregrino y de los pueblos,

es el fuego de Dios el que los lleva

como cristos vivientes a su encuentro.

 

 

Abrid, pueblos, la puerta a su llamada,

la verdad y el amor son don que llevan;

no temáis, pecadores, acogedlos,

el perdón y la paz serán su gesto.

 

Gracias, Señor, que el pan de tu palabra

nos llega por tu amor, pan verdadero;

gracias, Señor que el pan de vida nueva

nos llega por tu amor, partido y tierno. Amén.

 

 

 

SALMODIA                                             
Ant 1. Dijo Tomás: «Señor,  no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Jesús le respondió: «Yo soy el camino, la verdad y la vida.»

 

Tenía fe, aun cuando dije:

«¡Qué desgraciado soy!»

Yo decía en mi apuro:

«Los hombres son unos mentirosos.»

¿Cómo pagaré al Señor

todo el bien que me ha hecho?

Alzaré la copa de la salvación,

invocando su nombre.

Cumpliré al Señor mis votos

en presencia de todo el pueblo.

 

Vale mucho a los ojos del Señor

la vida de sus fieles.

Señor, yo soy tu siervo,

siervo tuyo, hijo de tu esclava:

rompiste mis cadenas.

 

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,

invocando tu nombre, Señor.

Cumpliré al Señor mis votos

en presencia de todo el pueblo,

en el atrio de la casa del Señor,

en medio de ti, Jerusalén.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

 

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Dijo Tomás: «Señor,  no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Jesús le respondió: «Yo soy el camino, la verdad y la vida.»

 

Ant 2. Tomás, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Aleluya.

 

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,

nos parecía soñar:

la boca se nos llenaba de risas,

la lengua de cantares.

 

Hasta los gentiles decían:

«El Señor ha estado grande con ellos.»

El Señor ha estado grande con nosotros,

y estamos alegres.

 

Que el Señor cambie nuestra suerte

como los torrentes del Negueb.

Los que sembraban con lágrimas

cosechan entre cantares.

Al ir, iban llorando,

llevando la semilla;

al volver, vuelven cantando,

trayendo sus gavillas.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

 

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Tomás, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Aleluya.

 

Ant 3.Mete tu mano y mira el agujero de los clavos; y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya.

 

Bendito sea Dios,

Padre de nuestro Señor Jesucristo,

que nos ha bendecido en la persona de Cristo

con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

 

El nos eligió en la persona de Cristo,

antes de crear el mundo,

para que fuésemos consagrados

e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,

por pura iniciativa suya,

a ser sus hijos,

para que la gloria de su gracia,

que tan generosamente nos ha concedido

en su querido Hijo,

redunde en alabanza suya.

 

Por este Hijo, por su sangre,

hemos recibido la redención,

el perdón de los pecados.

El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia

ha sido un derroche para con nosotros,

dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan

que había proyectado realizar por Cristo

cuando llegase el momento culminante:

hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,

las del cielo y las de la tierra.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

 

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Mete tu mano y mira el agujero de los clavos; y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya.

 

LECTURA BREVE   

Cristo ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelizadores, a otros, pastores y maestros, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.

 

RESPONSORIO BREVE
V./ Contad a los pueblos la gloria del Señor.

R./ Contad a los pueblos la gloria del Señor.

 

V./ Sus maravillas a todas la naciones.

R./ La gloria del Señor.

 

V./ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R./ Contad a los pueblos la gloria del Señor.

 

CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. He metido el dedo en el agujero de los clavos, y la mano en su costado, y dije: «¡Señor mío y Dios mío!».

 

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

 

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

 

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

 

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. He metido el dedo en el agujero de los clavos, y la mano en su costado, y dije: «¡Señor mío y Dios mío!».

 

 

PRECES
Hermanos, edificados sobre el cimiento de los apóstoles, oremos al Padre por su pueblo santo, diciendo:

 

R./ Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.

 

  1. Padre santo, que quisiste que tu Hijo, resucitado de entre los muertos, se manifestara en primer lugar a los apóstoles, haz que también nosotros seamos testigos de Cristo hasta los confines del mundo. OREMOS.

 

  1. Padre santo, que enviaste a tu Hijo al mundo para dar la Buena Noticia a los pobres, haz que el Evangelio sea proclamado a toda la creación. OREMOS.

 

  1. Tú que enviaste a tu Hijo a sembrar la semilla de la palabra, danos también a nosotros sembrar tu semilla con nuestro trabajo, para que, alegres, demos fruto con nuestra perseverancia. OREMOS.

 

  1. Tú que enviaste a tu Hijo para que reconciliara el mundo contigo, haz que también nosotros cooperemos a la reconciliación de los hombres. OREMOS.

 

  1. Tú que has sentado a tu Hijo a tu derecha, en el cielo, admite a los difuntos en tu reino de felicidad. OREMOS.

 

Padre nuestro

 

ORACION

Dios todopoderoso, concédenos alegrarnos en la festividad del apóstol santo Tomás, para que nos ayude siempre con su protección, y que los creyentes en Jesucristo, tu Hijo, a quien tu apóstol reconoció como su Señor, tengamos vida en su nombre. Por nuestro Señor Jesucristo,…

 

 

Tantum ergo Sacraméntum,
Venerémur cérnui:
Et antíquum documentum
Novo cedat rítui;
Præstet fides suppleméntum
Sénsuum deféctui.

Genitori Genitóque,
Laus et iubilátio;
Salus, honor, virtus quoque,
Sit et benedíctio;
Procedénti ab utróque
Compar sit laudátio.
Amen.

 

 

Ant. ¡Oh Sagrado banquete, en que Cristo se nos da como alimento, se celebra el memorial de su pasión, el alma se llena de gracia y se nos da la prenda de la gloria futura!

 

V./ Nos has dado, Señor, el pan del cielo.

R./ Que contiene en sí todo deleite.

 

Oremos.
Oh Dios, que redimiste a todos los hombres con el misterio pascual de Cristo; conserva en nosotros la obra de tu misericordia, para que, venerando constantemente el misterio de nuestra salvación merezcamos conseguir sus frutos. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

 

ORACIÓN VOCACIONAL

Oremos.

Señor, Padre santo, Tú que invitas a todos los fieles a alcanzar la caridad perfecta, pero no dejas de llamar a muchos para que sigan más de cerca las huellas de tu Hijo, concede a los que tú quieras elegir con una vocación a la vida religiosa mercedaria llegar a ser, por su vida, signo y testimonio de tu reino ante la Iglesia y ante el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

 

ALABANZAS AL SANTISIMO SACRAMENTO

Bendito sea Dios.

Bendito sea su santo Nombre.

Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.

Bendito sea el Nombre de Jesús.

Bendito sea su Sacratísimo Corazón.

Bendita sea su Preciosísima Sangre.

Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.

Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.

Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.

Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.

Bendita sea su gloriosa Asunción.

Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.

Bendito sea San José, su castísimo esposo.

Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

 

OREMOS

Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tu Pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

 

R./Amén.

 

 

Cantemos al amor de los amores,

cantemos al Señor,

Dios está aquí, venid adoradores

Adoremos a Cristo Redentor.

Gloria a Cristo Jesús,

cielos y tierra bendecid al Señor;

honor y gloria a Ti,

Rey de la gloria, amor por siempre a Ti,

Dios del amor.